Capítulo 16

Eran un monton de paparazzis esperando en la puerta de mi casa con cámaras, focos y micrófonos.

-Será mejor que te vayas Michael.

-Pero ¿cómo voy a dejarte sola con todos esos periodistas hay?

-No importa vete si no quieres que la líen mas...

-Está bien...Adiós.-Sonrió, se montó en la moto y se fue.

Yo me dirigí hasta la puerta de mi casa y sentía los flashes y oía las voces de los periodistas preguntándome absurdeces y yo no contestaba...No quería arruinar mi vida y tampoco la de Michael, porque aún nos queríamos y aunque todo iba a ser más difícil podríamos volver a estar juntos un día, cuando al principio no le tenía me faltaba algo en esta vida y cuando le conocí fue como si ya no me faltase ese algo y ahora...Que basicamente le he perdido le empiezo a echar de menos...Porque sabía que echaría de menos sus caricias, sus canciones susurradas en mi oído para que me quedase dormida, sus abrazos, sus besos, su sonrisa cálida, pero me quedaba el consuelo de pensar que seríamos amigos, inseparables amigos, y mejor era eso que nada.

Me fue difícil entrar a mi casa con todos esos en mi puerta pero aun así los aparté y conseguí entrar,no paraba de pensar en cómo seguiría nuestra historia ahora, necesitaba relajarme de algún modo y olvidarme durante unos minutos de todos así que decidí darme una larga ducha, al salir escuché un ruido que provenía del salón, me puse una toalla y caminé con cuidado hasta llegar al salón no había nadie y volví a escuchar un ruido que, esta vez, venía de la cocina, fui caminando otra vez lenta y sigilosamente hasta ella y había un hombre con una chaqueta y una capucha que le tapaba la cabeza.

-Vaya...Pensaba que estaría dormida.

-¡Dios! ¿¡Sabes el susto qué me has dado!?.-Tenía los ojos llenos de lágrimas...Él estaba aquí, no se cómo pero estaba aquí.

-Ei...No llores, lo siento, no pretendía asustarte.-Sonrío y me abrazó, pero no era un abrazo como los que me daba antes sino uno mas frío.-He venido porque te dejaste el móvil en mi casa...Y para ver si mañana querías ir a un parquecito que está por aquí cerca.

-Ah gracias.-Le sonreí.-Pero...¿Y Lisa?...

-Ella ha quedado con unas amigas, y quiero seguir pasando tiempo contigo porque eres la única que realmente me entiendes.

-Ya, claro,por eso estás con Lisa.-Realmente no quería ser tan borde con él, pero los celos me mataban y yo le quería a él y él a mi, pero como ella supuestamente estaba embarazada...

-Sabes perfectamente por qué estoy con ella, pero no quiero perderte, por favor, por favor entiéndelo.

-Está bien...Haré un esfuerzo para no matarla, oye es muy tarde ¿quieres quedarte a dormir?

-No sé no creo que sea lo más adecuado.

-Quédate, por favor.

-Está bien, ponte el pijama ya anda.-Se sonrojó y bajó la cabeza.

-Ah si, si claro.

Me dirigí al armario y me puse el pijama, me tendí en la cama abrazada a él, mientras me tarareaba una de sus canciones y así fue como me quedé profundamente dormida.

A la mañana siguiente él no estaba, pero supuse que se habría ido a Neverland temprano por lo que no tenía nada de que preocuparme. Me vestí, desayuné y me senté en el sofá a esperar a Michael. A los quince minutos alguien llamó a la puerta, y allí estaba él con su maravillosa y dulce sonrisa.

-Buenos días, ¿lista para la acción?

-¿Qué acción?

-Bueno...Decidí que en vez de ir a un parquecito fuéramos a un lugar más emocionante...

-Vale está claro que quieres matarme a toda costa.-me reí y él hizo lo mismo.

-Ui...Sí...Vivo por eso.-soltó una risita.-No seas tonta, sígueme.

Fuimos a un puente que estaba encima de un río y en ese momento supe qué íbamos a hacer.

-Ah no no, Michael, tengo vértigo.

-Con más razón, así es mucho mas divertido.-Dijo mientras me colocaba el arnés.

-Estás completamente loco.

-Bueno...Quizás sí o quizás no.-Dijo mientras se reía y ajuntaba su arnés con el mío.-Nos tiraremos juntos ¿vale?.

-Genial...-Dije en tono irónico-Creo que lo de que vives para matarme iba en serio.

-Sí.-Soltó una risa malvada pero después se rió normal-A la de tres, 1...2...

-2 y media.-Dije mientras cerraba los ojos.

-Va no seas así no te pasará nada, ¡3!

Alguien nos empujó y caímos al vacío pero después subimos, como era lógico, estaba realmente asustada pero con él todo era más mágico.

-Bueno ¿qué tal?.-Dijo a la vez que se echaba sus rizos hacia tras.

-Mareadísima.

-Normal, si es que hay que estar acostumbrado a esto.

-¡Eres malo conmigo Mike!-Intentaba no reírme pero no podía.

-Qué va...Ven sígueme hay un sitio que quiero que veas.

Me cogió de la mano y me llevó a un sitio que realmente...Me sorprendió.